Programa de Zooterapia

La utilización de animales para ayudar a acelerar y mejorar los procesos terapéuticos, ha tomado cada vez más relevancia en el campo médico, debido a la clara motivación que estos generan en los pacientes, traduciéndose en una mejor predisposición frente al terapeuta y a la actividad terapéutica propuesta.

Cuando estas actividades son ejecutadas a través de programas serios, con personal capacitado, con objetivos y expectativas realistas, los avances pueden ser notables. Basándonos en esta premisa, Buinzoo ha estado ejecutando en los últimos dos años, un programa de visitas asistidas con animales, en algunas dependencias del Hospital Luis Calvo Mackenna, La Casa Nacional del SENAME, en la Unidad de Siquiatría de Corta Estadía, La Fundación Crescendo y el Hogar de Menores La Esperanza. En cada una de estas instituciones se trabaja estrechamente con los terapeutas o encargados de los pacientes, quienes fijan los objetivos, participan de las sesiones y evalúan en el tiempo los resultados obtenidos. En contraparte, quienes nos encargamos de los animales, trabajamos en su socialización y entrenamiento, para brindar el máximo de seguridad al interactuar con los pacientes y al mismo tiempo, al trabajar con animales con un cierto grado de entrenamiento, estos nos ofrecen una amplia gama de comportamientos, que nos permiten ejecutar diversas actividades y juegos los que ponemos a disposición de los profesionales a cargo de los pacientes para desarrollar las sesiones terapéuticas. Al incorporar los animales a estas prácticas, se generan dos reacciones que marcan claramente una diferencia en la actitud del paciente, la “Motivación” y la “Implicancia”.

La primera, juega un rol fundamental en la retención del aprendizaje, ya que aprender “jugando” o aprender “motivado por el juego”, se traduce en una experiencia entretenida donde los conceptos aprendidos son más difíciles de olvidar. La segunda, tiene relación con que el paciente se hace cómplice con el animal, y se implica en la actividad propuesta, participando más activamente de la misma. Ambas, influyen en aumentar los niveles de tolerancia al esfuerzo e incluso sobreponerse al dolor físico, mayor concentración, y en general, una mejor predisposición para completar los ejercicios o rutinas terapéuticas.

Para llevar a cabo el programa, se han seleccionado una gran variedad de especies animales tanto domésticos como exóticos, tales como hurones, conejos, chinchillas, loros, cuyes, perros, reptiles, etc., generando desde un punto de vista de los sentidos, un universo de formas, tamaños, colores, olores, texturas, etc., y desde el punto de vista de las emociones una amplia gama de sentimientos y reacciones que los pacientes experimentan frente a la presencia de estos animales. Esta diversidad de animales, por tanto, también es un aporte fundamental para trabajar la “integración sensorial”, es decir, proporcionarle al sistema nervioso central suficiente estimulación, información y experiencia de vida, que el niño pueda integrar y organizar de tal forma de dar una respuesta coherente cada vez que se exponga a similares estímulos sensoriales en el futuro.

Como mencionábamos anteriormente, todos los animales se someten a una rutina de socialización y entrenamiento a partir de los primeros meses de vida. Esto tiene como objetivo, disminuir la ansiedad y los niveles de estrés de los animales. La socialización, debe permitir que los animales sean capaces de mantener una conducta adecuada frente a la presencia o al interactuar con otros animales, al transporte, a estar en lugares desconocidos, a tolerar la presencia de gente extraña, de olores, ruidos, etc. Por su parte, para el entrenamiento se utiliza la técnica del Clicker y se trabaja casi exclusivamente con refuerzos positivos. Esto nos permite mantener a los animales motivados y que manifiesten un mayor número de comportamientos, los que son seleccionados (reforzados o ignorados) y depurados a través de técnicas como el target, luring y modelaje.

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